Uno de los últimos versos de esta conmovedora obra apunta:
"Hubo una mujer que el día de su muerte / se salvó de morir".
Supongamos que se refiera a la propia autora, ya que nos consta que durante la pandemia de COVID, Cristina Piña la pasó fatal. Quizás las horribles vivencias que padeciera propulsaron la composición de medio centenar de poemas que nos sacuden y nos interpelan. Que nos abren la puerta a una nueva vida, de ensoñación, de esperanza y de celebración poética. Dice la poeta:
"Y cuando la herida / está cicatrizada / abrazar las palabras /
y dejar que canten / su consuelo / su curación."